En la sociedad de la información, la educación evoluciona con la ayuda de la Tecnología de la información y comunicación (TIC), así como su símil, la Tecnología del aprendizaje y comunicación (TAC). Esto bajo las nuevas estrategias y recursos en el proceso de enseñanza como; E-Learning (formación, On line), los entornos virtuales de aprendizaje (EVA) y los software educativos. Por ello, desde la década de los 90, los recursos educativos digitales, tratan de mejorar la interacción del alumnado, creando experiencias que impregnen aprendizajes significativos.
Los simuladores educativos, es uno de los software interactivos que llama la atención a los pedagogos, debido a que facilitan unos aprendizajes inductivos o deductivos mediante la observación y la manipulación del fenómeno subyacente; de esta manera pueden descubrir y tomar decisiones en experiencias directas, delante de unas situaciones que frecuentemente resultarían difícilmente accesibles a la realidad (Marqués, 1996); es decir, posibilitan de un aprendizaje significativo por descubrimiento.
Cuando se refiere el término simuladores, se viene varios pensamientos englobados en un propósito didáctico, ya que intentan replicar o emular una experiencia o proceso concreto, formando conceptos versados (Cabero-Almenara & Costas, 2016).
Es difícil cambiar un paradigma teórico hacia un enfoque práctico, sin embargo, en la historia de los simuladores, se denotó su praxis en situaciones de difícil acceso. En sus inicios se utilizó para entrenamientos de pilotos en situaciones extremas; pero ahora su perspectiva lúdica está expuesta desde programas escolares a no escolares, como videojuegos, donde los jóvenes resuelven problemas complejos, utilizan herramientas y estrategias cognitivas e incluso recurren a la ayuda de otros usuarios en línea (Gargiulo & Gómez, 2016).
La denotación general de estos programas computarizados, radica en la serie de algoritmos preestablecidos que responden a las características naturales de una parte de la realidad a ser enseñada, por ello, entre sus ventajas están; el acelerar el proceso de aprendizaje del educando; corrige errores en vivencias reales eliminando los riesgos; permite la retroalimentación inmediata; son dinámicos y didácticos acercando al estudiante a contextos sociales (Cabero-Almenara & Costas, 2016; Contreras & Carreño, 2012).
Tipos de simuladores educativos
Al ingresar los simuladores en el campo pedagógico, su clasificación se torna multifactorial, dependiendo de aspectos como; el programa computarizado, el área y enfoque educativo, así como el aporte a la educación, entre otros.
A partir de ahí y tomando como punto de partida lo referido por Aldrich (como se citó en Gelves, 2010; Marquès, 1996), hay varios tipos de simuladores educativos, cada uno refiriendo a su aplicación y fin pedagógico, estos son; las historias ramificadas, las hojas de cálculo interactivas, los diagramas interactivos, los productos virtuales, los laboratorios virtuales, los software de práctica, y los espacios de experiencia virtual.
Aprendizaje significativo y los simuladores educativos
El aprendizaje significativo asocia la capacidad de crear ambientes estimulantes, donde el material nuevo muestra una relación sistemática con la memoria a largo plazo, esto depende de la experiencia atractiva a la cual es expuesto el educando (Schunk, 2012).
En este aspecto, los simuladores educativos generan gran impacto. Pero para llamar la atención y concentración del estudiante, el software y sus elementos deben influir en varios componentes; primero en el espacio del problema o la experiencia, segundo tener un propósito para el educando y finalmente denotar una realidad interactiva, rompiendo paradigmas tradicionales.
Conclusión
Los simuladores representan una oportunidad para los docentes, porque pueden generar aprendizajes significativos en los educandos, sin embargo, se reconoce que el solo hecho de utilizar el software, no garantiza una experiencia estimuladora, sino las actividades que engloben el aspecto lúdico, emocional y práctico del conocimiento. Así mismo, se infiere que el docente pueda emplear estos nuevos recursos didácticos, bajo una perspectiva de formación continua, relacionándose con los cambios generacionales y la nueva tecnología de la era digital.
AUTOR:
Mg. Darío Guamán
Docente de la Carrera de Educación Básica