¿Qué es el virus respiratorio sincitial?

Virus sincitial

El Virus Respiratorio Sincitial (VRS), es un virus altamente contagioso, que puede sobrevivir hasta 7 horas en superficies no porosas. Se difunde con las secreciones nasofaríngeas de los individuos infectados por contacto directo o a través de las gotas de saliva. Las puertas de entrada del virus son la conjuntiva ocular y la mucosa nasal y oral. La transmisión se suele producir por contacto directo, pero también es posible a través de las manos o por contacto con objetos contaminados.

El VRS es un patógeno, ubicuo capaz de causar grandes epidemias de bronquiolitis y neumonías, que afectan a todas las edades, especialmente a los niños pequeños en todo el mundo. La palabra “sincicial” procede de dos términos griegos: el adverbio “syn” que significa “con” y trasmite la idea de “fusión”, y el sustantivo “cytos” que significa “célula”. Así queda descrita la principal lesión anatomopatológica que produce este virus: al destruir las membranas celulares en los puntos de contacto de unas células con otras se forman grandes masas protoplasmáticas que contienen los numerosos núcleos celulares que pertenecían a las células intactas: son los llamados “sincicios”. La posibilidad de que un niño de dos años haya sido infectado por el VRS es mayor del 95% y el riesgo de que un niño de un año haya sido hospitalizado.

En los niños mayores y en los adultos la infección puede ser asintomática o manifestarse simplemente como un resfriado común. Sin embargo, en los pacientes inmunocomprometidos de cualquier edad la infección puede revestir suma gravedad.

En los niños menores de un año la primoinfección suele producir infecciones graves de las vías aéreas inferiores. Es responsable del 50% de las bronquiolitis y del 25% de las neumonías, cuadros no siempre fáciles de diferenciar. El pronóstico es especialmente grave en niños con antecedentes alérgicos familiares. El VRS se ha relacionado con algunos casos de muerte súbita del lactante.

Según algunos estudios, los niños que han padecido cuadros de bronquiolitis durante la época de lactante presentan tres veces más disposición a padecer asma en edades posteriores que el resto de los niños.

Excepcionalmente en lactantes y con mucha mayor frecuencia en niños mayores de tres años pueden producirse cuadros benignos de rinofaringitis y bronquitis.

En los adultos el VRS puede dar sinusitis afebril con las manifestaciones clínicas de un catarro común; sin embargo, en bronquíticos crónicos y asmáticos puede ser causa de reactivaciones de sus patologías básicas.

Las personas con infección por el virus respiratorio sincitial (o VRS) generalmente presentan síntomas dentro de los 4 a 6 días después de haberse infectado. Los síntomas de la infección generalmente incluyen:

  • Moqueo
  • Apetito reducido
  • Tos
  • Estornudos
  • Fiebre
  • Sibilancias

Estos síntomas generalmente aparecen en fases y no todos a la vez. En los bebés muy pequeños, los únicos síntomas podrían ser irritabilidad, menor actividad y dificultad para respirar.

El VRS se puede propagar cuando:

  • Una persona infectada tose o estornuda.
  • Entran a los ojos, la nariz o la boca gotitas de virus de alguien que tosió o estornudó.
  • Al tocar una superficie en la que ha caído virus, como la manija de una puerta, y luego se toca la cara antes de lavarse las manos.
  • Al tener contacto directo con el virus; por ejemplo, al darle un beso en la cara a un niño con VRS.

Casi todos los niños presentarán una infección por el VRS antes de cumplir los dos años.

En fin, la mayoría de las infecciones por el virus respiratorio sincitial desaparecen solas en una o dos semanas. No existe ningún tratamiento específico para la infección por el virus respiratorio sincitial, pero hay investigadores trabajando para crear vacunas y antivirales (medicamentos que combaten los virus).

La profilaxis de exposición es una medida eficaz: evitar el contagio a base de extremar las medidas higiénicas con lavado de manos antes y después de tocar al niño infectado y evitar el hacinamiento de niños en poco espacio. Respecto a la profilaxis de disposición hemos de hablar de la inmunización activa, hasta ahora sin grandes éxitos, y de la pasiva con anticuerpos monoclonales.

AUTOR:

Lcdo. Jefferson Jiménez

Docente de la Carrera de Enfermería

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