En los últimos años, la necesidad de reducir el consumo energético, disminuir la huella de carbono y optimizar los recursos naturales ha promovido el desarrollo e implementación de tecnologías orientadas a la eficiencia energética, entre estas tecnologías, la domótica ha emergido como un aliado fundamental al permitir una gestión automatizada, inteligente y eficiente de los sistemas eléctricos, de climatización, iluminación y seguridad en edificaciones residenciales. En el contexto ecuatoriano, donde la demanda energética en el sector doméstico ha aumentado debido al crecimiento urbano y la expansión de zonas habitacionales, la integración de sistemas domóticos representa una oportunidad significativa para mejorar el uso racional de la energía y responder a los desafíos actuales del desarrollo sostenible.

La domótica ha sido concebida como la automatización integral de una vivienda mediante sistemas que permiten el control remoto y programado de diferentes dispositivos a través de redes cableadas o inalámbricas (Reina, 2019). Esta tecnología ha permitido integrar sensores, actuadores, microcontroladores, y plataformas de gestión energética que, en conjunto, optimizan el funcionamiento de los electrodomésticos, sistemas de climatización, persianas, sistemas de riego, iluminación y otras instalaciones residenciales. Al haberse aplicado esta tecnología en viviendas convencionales, se ha evidenciado una notable disminución en el consumo energético y una mejora en el confort y seguridad de los usuarios (Pérez & López, 2020).
En Ecuador, el contexto energético presenta retos particulares, según el Balance Energético Nacional (Ministerio de Energía y Minas, 2023), el 39% del consumo eléctrico corresponde al sector residencial, lo cual representa una carga significativa para el sistema energético nacional. Si bien el país se ha enfocado en la generación hidroeléctrica como fuente principal de energía, la eficiencia en el consumo final aún constituye un área crítica. En este sentido, los sistemas domóticos han comenzado a implementarse en proyectos residenciales urbanos, especialmente en ciudades como Quito, Guayaquil y Cuenca, donde la modernización de viviendas ha favorecido la adopción de soluciones tecnológicas que incluyen control automático de la iluminación, sensores de presencia, termostatos programables y sistemas de monitoreo energético.


La capacidad de estos sistemas para ajustar el uso de recursos según la demanda real, ha permitido reducir significativamente el derroche de energía. Por ejemplo, mediante sensores de luminosidad y presencia, se ha automatizado el encendido y apagado de luces, evitando su uso innecesario. Así mismo, el control programado de climatizadores y calefactores eléctricos ha contribuido a estabilizar los consumos energéticos diarios. Esta eficiencia energética se ha logrado no solo mediante la automatización, sino también a través del análisis y visualización de datos en tiempo real, facilitando la toma de decisiones informadas por parte del usuario final (González, 2021).
Además, el avance tecnológico ha propiciado el desarrollo de plataformas de gestión compatibles con estándares abiertos y dispositivos IoT, lo cual ha permitido que incluso viviendas de mediano costo puedan ser domotizadas parcialmente sin requerir inversiones exorbitantes. Esta democratización de la tecnología ha incentivado la formación de profesionales en áreas de domótica y automatización, impulsando una nueva industria de servicios y soluciones energéticas en el país.


Se ha demostrado que la domótica no es únicamente una herramienta de confort, sino un componente esencial para la eficiencia energética en viviendas del siglo XXI. En el contexto ecuatoriano, su aplicación ha comenzado a consolidarse como respuesta a la creciente necesidad de reducir el consumo energético y garantizar un desarrollo urbano sostenible. La automatización de viviendas mediante tecnologías domóticas ha permitido optimizar el uso de recursos eléctricos, mejorar el confort del usuario, y reducir los costos operativos, constituyéndose en una solución viable y estratégica.
Por tanto, el fortalecimiento de políticas públicas, incentivos a la innovación tecnológica y la capacitación de talento humano especializado son aspectos clave para fomentar la masificación de estos sistemas en Ecuador. La domótica ha sido adoptada como una herramienta transformadora, alineada con las metas globales de sostenibilidad y eficiencia energética, y su papel dentro del sector residencial continuará creciendo a medida que avance la transición hacia ciudades más inteligentes y sostenibles.
AUTOR:
Mg. Carlos Rodrigo Ruiz Guangaje