Desde sus orígenes el motor de combustión interna ha sido uno de los elementos importantes de la evolución humana. La utilización de estos sistemas en la propulsión de vehículos, aviones, barcos e incluso en el movimiento de máquinas de las fábricas son ejemplos de su gran importancia para el desarrollo y dinamismo de la economía mundial.
A finales del siglo XIX marcó un punto de inflexión significativo en la historia de la humanidad y desde el inicio del siglo XX hasta la actualidad, el motor de combustión interna ha desempeñado un papel fundamental como el motor principal en la mayoría de los sistemas de transporte.
Desde su invención a fines del siglo XIX, los motores de combustión interna han sido la columna vertebral de la industria automotriz y de transporte a nivel mundial. Durante más de 100 años, estos motores han impulsado automóviles, camiones, barcos y aviones, convirtiéndose en una parte integral de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, en las últimas décadas, se ha presenciado un cambio notable en la industria, con una creciente tendencia a la búsqueda de alternativas más sostenibles y sobre todo hacia la electrificación de los vehículos.
Uno de los factores clave que contribuyen a la disminución de los motores de combustión interna es la creciente conciencia ambiental. La preocupación por el cambio climático y la contaminación del aire ha llevado a gobiernos de todo el mundo a implementar regulaciones más estrictas sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes atmosféricos. Los motores de combustión interna dependen de los combustibles fósiles como la gasolina y el diésel, que al combustionar liberan grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y otros contaminantes atmosféricos. Estas emisiones tienen un impacto directo en el calentamiento global y la calidad del aire, lo que ha llevado a una presión creciente sobre la industria para reducir su huella de carbono, lo que ha llevado al desarrollo de tecnologías más limpias, como los vehículos híbridos y eléctricos.
Otra razón importante detrás de la caída de los motores de combustión interna es la búsqueda de eficiencia energética. A medida que la demanda de energía continúa aumentando en todo el mundo, se ha vuelto crucial encontrar nuevas fuentes de energía más eficientes y sostenibles. A lo largo de los años los motores de combustión interna han alcanzado un alto nivel de desarrollo, pero tienen limitaciones en términos de eficiencia, ya que gran parte de la energía se disipa en forma de calor. En contraste, los vehículos eléctricos son más eficientes, convirtiendo una mayor proporción de la energía en movimiento real, lo que se traduce en una mayor eficiencia y un menor consumo de energía. Esto ha llevado a un creciente interés en la electrificación de los vehículos, ya que ofrecen una alternativa más eficiente en términos de consumo de energía.
La reducción constante de los costos de las baterías ha sido un impulsor clave en la adopción de vehículos eléctricos y el declive de los motores de combustión interna. A medida que la tecnología de las baterías ha avanzado y la producción ha aumentado, los precios de los vehículos eléctricos han disminuido, volviéndolos más asequibles para una gama más amplia de consumidores. Además, los avances tecnológicos han mejorado la autonomía de los vehículos eléctricos y han reducido los tiempos de carga, lo que ha eliminado una de las principales barreras para su adopción.
Los fabricantes de automóviles también están invirtiendo en la investigación y desarrollo de tecnologías de baterías más avanzadas, como las baterías de estado sólido, que prometen una mayor autonomía y tiempos de carga más cortos. Estos avances continuos en la tecnología de baterías hacen que los vehículos eléctricos sean aún más atractivos y competitivos en comparación con los vehículos con motores de combustión interna.
En fin, el declive de los motores de combustión interna se debe a una serie de factores interrelacionados; la preocupación y responsabilidad hacia la protección y preservación del entorno, la búsqueda de eficiencia energética, los avances tecnológicos, el cambio en la percepción del consumidor y la inversión en vehículos eléctricos han impulsado esta transición.
Los vehículos eléctricos y otras tecnologías de propulsión alternativas están emergiendo como soluciones más limpias y sostenibles para abordar los desafíos ambientales y económicos que enfrenta la sociedad moderna.
AUTOR:
Mgtr. Jorge Ramos / Mgtr. Edison Criollo
Docentes de las Carreras de Mecánica Automotriz y Electromecánica Automotriz